En los últimos años, muchas empresas han tenido que revisar su forma de trabajar. Algunas por necesidad, otras por estrategia, pero casi todas por obligación. La incertidumbre, los cambios tecnológicos y la presión por ser más eficientes han obligado a tomar decisiones rápidas, a menudo sin margen para incorporar perfiles directivos a largo plazo. En este contexto, el interim consulting se presenta como una alternativa sólida: una fórmula que combina especialización, agilidad y resultados sin la rigidez de una estructura fija.
Qué es el interim consulting y cómo ha evolucionado
Durante mucho tiempo, el concepto de interim management ha estado vinculado a la incorporación temporal de un directivo para cubrir una vacante o liderar un momento de transición. Pero ese modelo ha cambiado. Hoy hablamos de interim consulting integral: equipos multidisciplinares que se incorporan a una organización de forma temporal para aportar conocimiento, ejecutar proyectos concretos o acompañar procesos de transformación.
A diferencia del enfoque tradicional, basado en un único perfil externo, este modelo permite contar con varios especialistas coordinados, que intervienen de manera puntual según las necesidades del negocio. La clave está en la flexibilidad: se adapta al momento, al reto y al ritmo de cada empresa.

Casos en los que tiene sentido contar con un equipo interim
Hay situaciones donde la incorporación de este tipo de apoyo externo resulta especialmente útil. No se trata de “parches”, sino de soluciones planificadas para momentos clave:
- Lanzamiento de proyectos estratégicos: como el diseño de un nuevo plan de negocio, la entrada en un nuevo mercado o el rediseño de la estructura interna.
- Procesos de digitalización y automatización: como la implantación de un ERP, la mejora del CRM o la integración de herramientas tecnológicas.
- Campañas o picos de actividad: cuando el volumen de trabajo supera la capacidad operativa del equipo interno, especialmente en departamentos como Marketing o finanzas.
- Cobertura temporal: por bajas, salidas, vacaciones o procesos de selección en curso.
Qué aporta el modelo integral de interim consulting
Uno de los puntos fuertes de este enfoque es que permite intervenir en distintas áreas de forma simultánea, sin depender de una única figura. Es decir, no se trata de contratar un perfil generalista, sino de contar con un equipo completo con experiencia en áreas clave, como:
- Planificación estratégica empresarial.
- Comunicación corporativa y marketing digital.
- Optimización financiera y control de costes.
- Automatización de procesos y transformación digital.
Cada uno de estos perfiles trabaja de forma coordinada, bajo una dirección común, lo que permite tener una visión 360º del negocio y asegurar una ejecución más eficiente.
Una manera distinta de incorporar talento y avanzar con decisión
Cada vez más organizaciones se preguntan cómo incorporar conocimiento especializado sin aumentar su estructura ni condicionar su futuro. La respuesta no siempre pasa por contratar, sino por colaborar. Obg interim nace precisamente de esa necesidad: ofrecer soluciones reales, puntuales y eficaces para momentos que exigen claridad y acción.
Frente al modelo tradicional basado en un único profesional externo, Obg interim apuesta por una visión más amplia: equipos coordinados que trabajan desde dentro de la organización, pero con la autonomía y la perspectiva de quien viene desde fuera.
No se trata de sustituir a nadie ni de aplicar recetas estándar. Se trata de intervenir de forma inteligente, aportar lo necesario cuando más se necesita, y dar un impulso concreto a los procesos estratégicos, operativos o financieros de cualquier empresa. Desde Obg consultores, esta propuesta se consolida como una línea de trabajo pensada para empresas que buscan avanzar con paso firme, pero sin comprometer su flexibilidad. Una manera distinta de crecer, más conectada con los retos actuales y adaptada al ritmo real de las decisiones empresariales.